En el sur de Ecuador se registraron 28 cóndores


Su nombre significa diez en quichua. Mide cerca de 130 centímetros de alto, tiene 10 años de edad aproximadamente, cuando abre las alas tiene 3 metros de envergadura y con su ayuda se ha logrado obtener información valiosa de una de las aves emblemáticas del Ecuador.

Chunka es un cóndor (Vultur gryphus) hembra que porta en las alas, desde el 2015, un rastreador que ha permitido descubrir 87 áreas hábitat de estas aves en el sur del país.

En estas zonas, entre el 27 y 29 de septiembre pasado, el Proyecto de Investigación y Monitoreo Ecológico del Cóndor Andino en el Ecuador (PICE), en coordinación con más de 20 instituciones públicas y privadas, entre ellas el Ministerio del Ambiente (MAE), realizó el Primer Censo Regional del Cóndor Andino en el Sur del Ecuador.

El registro, cuyos resultados se presentaron el 21 de diciembre pasado, se realizó en seis provincias (Cañar, Azuay, Loja, El Oro, Morona Santiago y Zamora Chinchipe), 18 cantones, 4 áreas protegidas y 5 bosques protectores. Se seleccionaron estos territorios debido a la falta de información sobre la especie en el área.

Se logró contabilizar 28 cóndores distribuidos en Loja (10), Azuay (9), El Oro (6) y Cañar (3). De los especímenes 22 son adultos (7 machos, 7 hembras y 8 de sexo no identificado), 2 subadultos (un macho y uno de sexo no identificado), 2 juveniles (sexo no identificado) y 2 de sexo y edad no identificados.

Este conteo detectó nueve individuos más en comparación con el último censo realizado en el 2015, aunque no significa que la población aumentó, según Sebastián Kohn, investigador del proyecto. "Esto se debe a que en el 2017 se cuadruplicaron los puntos de conteo, de participantes y el de periodos de censo", sostiene.

Según el estudio, el bajo número de ejemplares subadultos y juveniles evidencia una alta mortalidad o baja tasa de reproducción de adultos.

Andrés Ortega, médico veterinario de la Universidad San Francisco de Quito, dice que varias investigaciones académicas sugieren que la población de cóndores en Ecuador todavía es saludable genéticamente, pero no significa que se deba dejar sin proteger a la especie. "Si en algún momento el número de animales disminuye, puede empezar a haber una endogamia, es decir, que se crucen entre parientes y luego se presenten problemas genéticos y enfermedades en sus descendientes", agrega.

Entre las principales amenazas contra el cóndor figuran los perros domésticos que se convirtieron en ferales, la cacería, el envenenamiento y la pérdida de hábitat.

Kohn sostiene que se deben emprender campañas informativas sobre el manejo responsable de las mascotas. "A nivel nacional existen varias manadas de perros ferales que fueron abandonados o ya han nacido en estado silvestre y que representan una amenaza para el cóndor porque compiten por la comida", señala.

Además, indica que estos animales interfieren en las investigaciones científicas: "Ya ha habido casos que ponemos una carroña y una cámara para ver quién viene, y llega una manada de once perros y se hecha a vivir una semana al lado de la carroña y no dejan que nadie más se acerque".

Raúl Aulestia, representante del MAE, aclara que es un delito atentar contra especies silvestres. "Está estipulada en el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) una pena de prisión de hasta tres años a toda persona que cometa delitos contra la flora y fauna silvestres", indica.

En el censo regional de este año no hubo registros en el interior del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Sin embargo, el 44 % de los avistamientos se hizo dentro del Área Municipal de Conservación del cóndor andino, que se encuentra en proceso de creación y abarca cerca de 33.000 hectáreas en los cantones de Nabón, Oña, Santa Isabel, en Azuay, y Saraguro, en la provincia de Loja.

Actualmente el número de cóndores en Ecuador se estima en cerca de cien ejemplares en estado silvestre. Además, esta especie, considerada el ave no marina más grande del planeta cuyo hábitat se extiende por la cordillera de los Andes y que no tiene subespecies, está en la categoría de Peligro Crítico de Extinción en el Libro Rojo de las Aves del Ecuador.


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